Monday, October 8, 2012

Escribir y Hablar en Público



 Mayo de 2012
Yo no soy un orador muy bueno. Digo "um" muchas veces. A veces tengo que hacer una pausa cuando pierdo el hilo de mis pensamientos. Me gustaría ser un mejor orador. Pero no me gustaría ser un mejor orador tanto como desearía ser un mejor escritor. Lo que realmente quiero es tener buenas ideas, y eso tiene mucho más que ver con ser un buen escritor que con ser un buen orador.

Tener buenas ideas es más de escribir bien. Si sabes de lo que estás hablando, puedes decirlo con las palabras más simples, y se te verá como si tuvieras un buen estilo. Cuando se trata de hablar, es todo lo contrario: tener buenas ideas es un componente alarmantemente menor de ser un buen orador.

Me di cuenta de esto por primera vez en una conferencia hace algunos años. Hubo otro orador que fue mucho mejor que yo. Nos tuvo a todos riéndonos a carcajadas. En comparación yo parecía torpe y vacilante. Después volví a hablar como de costumbre. Mientras lo hacía, traté de imaginar cómo sería una transcripción del discurso del otro tipo, y sólo entonces me di cuenta de que no había dicho mucho.

Tal vez esto hubiera sido obvio para alguien que supiera más sobre hablar en público, pero fue una revelación para mí lo mucho menos que importaban las ideas al hablar que al escribir. [1]

Unos años más tarde oí una charla de alguien que no solo era mejor orador yo, sino famoso. Sí que era bueno. Así que decidí prestar mucha atención a lo que decía, para aprender cómo lo hacía. Después de unas diez oraciones me vi pensando "No quiero ser un buen orador."

Ser un orador muy bueno no solo es ortogonal a tener buenas ideas, sino que en muchos aspectos te empuja en la dirección opuesta. Por ejemplo, cuando doy una charla suelo escribirla de antemano. Sé que eso es un error, sé que dar una charla escrita de ante mano hace más difícil enganchar al público. La manera de conseguir la atención de una audiencia es darles toda tu atención, y cuando das un discurso escrito previamente, tu atención se divide siempre entre el público y el discurso –incluso si lo has memorizado. Si deseas enganchar a la audiencia es mejor empezar con no más que un esbozo de lo que quieres decir e ir agregando libremente oraciones individuales. Pero si lo haces podrías emplear más tiempo pensando cada frase, que lo necesario para decirla. [2] En ocasiones, la estimulación de hablar en vivo frente a una audiencia te hace pensar cosas nuevas, pero en general, esto no va a generar ideas como si lo hace la escritura; donde puedes gastar el tiempo que quieras en cada frase.

Si ensayas lo suficiente un discurso pre-escrito, puedes llegar asintóticamente cerca al tipo de compenetración que se obtiene al hablar improvisadamente. Los actores lo hacen. Pero también aquí hay un equilibrio entre la fluidez y las ideas. Todo el tiempo que inviertes ensayando una charla, más bien podrías gastarlo en mejorarla. Los actores no se enfrentan a esa tentación, salvo en casos excepcionales en los que han escrito el guión, pero ningún orador lo hace. Antes de dar una charla me puedo ver sentado en un rincón en algún lugar, con una copia impresa en papel, tratando de ensayar en mi mente. Pero en vez de eso, siempre termino gastando la mayor parte del tiempo re-escribiéndolo. Cada charla que doy termina siendo originada de un manuscrito lleno de cosas tachadas y reescritas. Lo que por supuesto me hace decir aún más "um", porque no he tenido tiempo en absoluto para practicar las cosas nuevas. [3]

En función de tu público, hay incluso dilemas más difíciles que este. Al público le gusta ser halagado, le gusta las bromas, ser arrastrado de su sitio por una corriente vigorosa de las palabras. A medida que disminuye la inteligencia de la audiencia, ser un buen orador es ser un hablador de mentiras en aumento. Eso también es cierto en la escritura, por supuesto, pero el descenso es más pronunciado con los discursos. Cualquier persona dada es tonta, como parte de una audiencia o como un lector. Solo que como orador e improvisador únicamente puedes gastar tanto tiempo pensando en cada frase lo necesario para decirla; una persona que escucha un discurso, sólo puede gastar tanto tiempo pensando en cada oración como le toma escucharla. Además, la gente en un auditorio siempre se ve afectada por las reacciones de quienes les rodean, y las reacciones que se propagan de persona a persona entre el público, son del tipo desproporcionadamente más brutales, tal como los comentarios de viajes negativos van a través de los muros mejor que los buenos. Cada audiencia es una multitud incipiente, y un buen orador utiliza eso. Parte de la razón por la cual me reí muchos en el discurso en esa conferencia del buen orador, fue porque todos los demás lo hicieron. [4]

Así que, ¿son las conferencias inútiles? Como fuente de ideas, ciertamente son inferiores a la palabra escrita. Pero no todos los discursos son buenos para eso. Cuando voy a una conferencia, por lo general es porque estoy interesado en el orador. Escuchar un discurso es lo más cercano a una conversación que la mayoría de nosotros puede llegar a tener con alguien como el presidente, que no tiene tiempo para reunirse individualmente con todas las personas que quieren conocerlo.

Los discursos también son buenos para motivarme a hacer cosas. Tal vez no sea una coincidencia que tantos oradores famosos sean descritos como oradores motivacionales. Hablar en público tal vez sea realmente para eso. Probablemente fuera para eso en sus orígenes. Las reacciones emocionales que llega a provocar un discurso pueden ser una fuerza poderosa. Me gustaría poder decir que esa fuerza se utiliza con mayor frecuencia para el bien que mal, pero no estoy seguro.

Notas

[1] Aquí no estoy hablando aquí de discursos académicos, los cuales son cosas diferentes. Aún cuando la audiencia en una charla académica puede apreciar una broma, hacen (o al menos deberían) un esfuerzo consciente por ver qué nuevas ideas que estás presentando.

[2] Ese es el límite inferior. En la práctica a menudo puedes hacerlo mejor, porque las conversaciones suelen ser sobre cosas de las que has escrito o hablado antes, y cuando lo haces a voluntad terminas por reproducir algunas de esas frases. Como en la arquitectura medieval temprana, las conversaciones improvisadas son reciclajes. Lo que se siente un poco deshonesto, incidentalmente, ya que debes decir estas oraciones como si las hubieras pensado.

[3] Robert Morris apunta a que hay una forma en que practicar los discursos los hace mejores: leer en voz alta un discurso puede exponer las partes extrañas. Estoy de acuerdo y de hecho, por esa razón leo en voz alta por lo menos una vez, la mayoría de las cosas que escribo.

[4] Para un públicos suficientemente pequeños, puede no ser verdad que formar parte de una audiencia hace a las personas más tontas. La disminución real parece darse cuando las audiencias son demasiado grandes como para que el discurso se sienta como una conversación –tal vez alrededor de 10 personas.

Gracias a Sam Altman y Robert Morris por leer los borradores de esto.

Tuesday, September 18, 2012

Agricultura de Cisne Negro



Septiembre de 2012

He hecho varios tipos de trabajo a lo largo de los años, pero no sé de otros tan contra-intuitivos  como lainversión en nuevas empresas.
Las dos cosas más importantes para entender sobre la inversión en nuevas empresas, como un negocio, son (1) que efectivamente todos los beneficios se concentran en unos pocos grandes ganadores, y (2) que las mejores ideas se ven inicialmente como malas ideas.

La primera regla la conocía intelectualmente, pero realmente no la comprendí hasta que nos pasó a nosotros. El valor total de las empresas que hemos financiado es alrededor de 10 mil millones de dólares, un poco más o un poco menos. Sin embargo, sólo dos empresas, Dropbox y Airbnb, representan alrededor de tres cuartas partes de esto.

En las nuevas empresas, los grandes ganadores son grandes en un grado que viola nuestras expectativas acerca de la variación. No sé si estas expectativas son innatas o aprendidas, pero cualquiera que sea la causa, simplemente no estamos preparados para la variación en 1.000 veces los resultados que uno encuentra en la inversión en nuevas empresas.

Eso produce todo tipo de consecuencias extrañas. Por ejemplo, en términos puramente financieros, es probable que al menos una empresa en cada lote de YC tenga un efecto significativo en nuestros ingresos, y el resto son sólo el costo de hacer negocios. [1] En realidad no he asimilado este hecho, en parte porque es muy contra-intuitivo, y en parte porque no estamos haciendo esto sólo por razones financieras; YC sería un lugar muy solitario si sólo tuviéramos una empresa por lote. Y sin embargo es cierto.

Para tener éxito en un dominio que infringe tus intuiciones, tienes que ser capaz de apagarlas como lo hace un piloto al volar a través de las nubes. [2] Tienes que hacer lo que intelectualmente sabes es correcto, a pesar de que parezca equivocado.

Es una batalla constante para nosotros. Es difícil hacernos tomar suficientes riesgos. Cuando entrevistas una nueva empresa y piensas "parece probable que tengan éxito", es difícil no financiarlos. Y sin embargo, por lo menos financieramente, sólo hay un tipo de éxito: ellos van a ser uno de los ganadores realmente grandes o no, y si no, no importa si los financias, porque incluso si tienen éxito los efectos en los rendimientos serán insignificantes. El mismo día de las entrevistas tal vez encuentres algunos chicos inteligentes de 19 años de edad, quienes aún no están seguros en qué quieren trabajar. Sus posibilidades de éxito parecen pequeñas. Pero de nuevo, no son sus posibilidades de tener éxito lo que importan, sino sus posibilidades de tener un éxito realmente grande. La probabilidad de que cualquier grupo tenga éxito realmente grande es microscópicamente pequeña, pero la probabilidad de esos chicos de 19 años puede ser más alta que la del otro, protegiendo al grupo.

La probabilidad de que una empresa nueva se haga grande, no es simplemente una fracción constante de la probabilidad de que tengan éxito en absoluto. Si así fuera, podrías financiar a todo el que pareciera fuera a tener éxito por completo, y obtendrías de esa fracción grandes éxitos. Desafortunadamente elegir ganadores es más difícil que eso. Tienes que ignorar al elefante delante de ti, la probabilidad de que van a tener éxito, y centrarse en la cuestión distinta, casi invisible e intangible de si van a tener un éxito realmente grande.

Mas Difícil

Se hace más difícil por el hecho de que las mejores ideas para nuevas empresas parecen a primera vista como malas ideas. He escrito sobre esto antes: si una buena idea fuera obviamente buena, alguien ya lo habría hecho. Así que los financiadores más exitosos tienden a trabajar en ideas que pocos al lado de ellos notan que son buenas. Lo que no está muy lejos de la descripción de la locura, hasta que llegas al punto donde se ven los resultados.

La primera vez que Peter Thiel habló en YC dibujó un diagrama de Venn que ilustra la situación perfectamente. Él dibujó dos círculos interceptados, un etiquetado "parece una mala idea" y el otro "es una buena idea". La intersección es el punto ideal para las nuevas empresas.

Este concepto es muy simple y sin embargo, verlo en un diagrama de Venn es iluminador. Te recuerda que hay una intersección –que hay ideas buenas que parecen malas. También te recuerda que la gran mayoría de las ideas que parecen malas son malas.

El hecho de que las mejores ideas parecen malas ideas, hace aún más difícil reconocer los grandes ganadores. Esto significa que la probabilidad de que una nueva empresa sea muy grande, no es simplemente una fracción constante de la probabilidad de que va a tener éxito; sino que las nuevas empresas con una alta probabilidad de la primera, parecieran tener una probabilidad desproporcionadamente baja de la segunda.

La historia tiende a ser re-escrita por los grandes éxitos, por lo que en retrospectiva, parecía obvio que iban a ser grandes. Por esa razón, uno de mis recuerdos más valiosos es cómo sonaba de tonto Facebook para mí cuando escuché por primera vez sobre el tema ¿Un sitio para que estudiantes universitarios pierdan el tiempo? Me pareció la idea mala perfecta: un sitio (1) para un nicho de mercado (2), sin dinero (3) para hacer algo que no tenía importancia.

Uno podría haber descrito a Microsoft y Apple en los mismos términos. [3]

Más Difícil Aún

Espera, se pone peor. No sólo tienes que resolver este problema difícil, sino que también debes hacerlo sin ningún indicio de estar teniendo éxito. Cuando eliges a un gran ganador, no lo sabes por dos años.

Mientras tanto, lo único que puedes medir es una peligrosa desorientación. Lo único que se puede rastrear con precisión es qué tan bien las nuevas empresas en cada lote, recaudan fondos en después del Día de Demostraciones. Pero sabemos que esa la métrica equivocada. No hay correlación entre el porcentaje de nuevas empresas que recaudan dinero, y la métrica que sí importa financieramente, si ese lote de nuevas empresas contiene un gran ganador o no.

Excepto una inversa. Esa es la cosa miedosa: la recaudación de fondos no solo es una medida inútil, sino también engañosa positivamente. Estamos en un negocio en el que tenemos que elegir valores poco prometedores, y la enorme escala de éxitos significa que podemos darnos el lujo de abrir nuestra red ampliamente. Los grandes ganadores pueden generar retornos por 10.000 veces. Eso significa que por cada ganador grande podemos elegir mil empresas que no generan retorno y aún así terminar con 10x de retorno.

Si alguna vez llegamos al punto donde el 100% de las nuevas empresas que financiamos fueran capaces de recaudar dinero después del Día de Demostración, querría decir con casi seguridad que nos hemos vuelto demasiado conservadores. [4]

Se necesita un esfuerzo consciente para tampoco no hacer eso. Después de 15 ciclos de preparar nuevas empresas para los inversionistas y luego ver cómo lo hacen, ahora puedo mirar a un grupo que estamos entrevistando a través de los ojos de los inversores del Día de Demostración. ¡Pero esos son los ojos equivocados a través de los cuales mirar!

Podemos permitirnos tomar por lo menos 10 veces más riesgo que los inversores del Día de Demostración. Y puesto que el riesgo suele ser proporcional a la recompensa, si puedes permitirte tomar más riesgo, deberías hacerlo. ¿Qué significaría para tomar 10 veces más riesgo que los inversionistas del Día de Demostración? Tendríamos que estar dispuestos a financiar 10 veces más nuevas empresas de lo que ellos lo harían. Lo que significa que, incluso si somos generosos con nosotros mismos y asumimos que YC puede en promedio triplicar el valor esperado de una nueva empresa, estaríamos tomando la cantidad adecuada de riesgo si sólo el 30% de las nuevas empresas fueran capaces de recaudar fondos significativos después del Día de Demostración.

No sé qué fracción de ellas actualmente recaudan más después del Día de Demostración. Deliberadamente evito calcular esa cifra, porque si empiezas a medir algo empiezas a optimizarlo, y sé que es lo peor a optimizar. [5] Pero el porcentaje ciertamente está muy por encima del 30%. Y francamente, la idea de una tasa de éxito del 30% en la recaudación de fondos me hace un nudo en el estómago. Un Día de Demostración donde sólo el 30% de las nuevas empresas fueran financiables sería un desastre. Todo el mundo estaría de acuerdo en que YC habría estado en el momento oportuno. Nosotros mismos sentiríamos que YC hubiera aparecido estado en el momento indicado. Y sin embargo, todos estaríamos equivocados.

Para bien o para mal nunca va a ser más que un experimento mental. Nunca pudimos soportarlo. ¿Qué tal eso por contra-intuitivo? Puedo exponer lo que sé es lo correcto hacer, y sin embargo no hacerlo. Puedo hacer todo tipo de justificaciones plausibles. Podría lastimar la marca YC (por lo menos entre el analfabeto numérico), si invertimos en un gran número de nuevas empresas arriesgadas, todo se acabaría. Podría diluir el valor de la red de ex-alumnos. Tal vez lo más convincente, sería desmoralizante para nosotros estar todo el tiempo en el fracaso. Pero sé que la verdadera razón por la que somos tan conservadores es que no hemos asimilado el hecho de la variación en los rendimientos es por 1.000 veces.

Probablemente nosotros nunca seamos capaces de llevarnos a asumir riesgos proporcionales a las ganancias en este negocio. Lo mejor que podemos esperar es que cuando entrevistemos a un grupo y nos veamos pensando "parecen con buenos fundamentos, pero ¿qué van a pensar los inversores de esta idea loca?" Vamos a seguir siendo capaces de decir "¿a quién le importa lo que piensen los inversores?" Eso fue lo que pensamos en Airbnb, y si queremos financiar más Airbnbs nos tenemos seguir pensando así.

Notas

[1] No estoy diciendo que los grandes ganadores es lo único que importa, sólo que ellos son lo único que importan financieramente para los inversores. Puesto que en YC no estamos principalmente por razones financieras, los grandes ganadores no son lo único que nos importa. Por ejemplo, estamos encantados de haber financiado Reddit. A pesar de que hicimos relativamente poco de ella, Reddit ha tenido un gran efecto en el mundo, y nos presentó a Steve Huffman y Alexis Ohanian, quienes se han convertido en buenos amigos.

Tampoco presionamos a los financiadores para tratar de convertirse en uno de los grandes ganadores si no lo desea. Nosotros tampoco hicimos mucho esfuerzo por nuestra propia empresa nueva (Viaweb, que fue adquirida por US$50 millones), y se vería bastante falso presionar a los inversionistas a hacer algo que nosotros no hicimos. Nuestra regla es que depende de los inversionistas. Algunos quieren dominar el mundo, y otros sólo quieren sus primeros millones. Pero invertimos en tantas empresas que no tenemos que esforzarnos por cualquier resultado. De hecho, no tenemos que preocuparnos por si las nuevas empresas solo tienen gastos. Las mayores salidas son las únicas que importan financieramente, y aquellas están garantizadas en el sentido de que si una empresa se convierte en lo suficientemente grande, inevitablemente surgirá un mercado para sus acciones. Dado que los gastos restantes no tienen un efecto significativo en los retornos, está bien para nosotros si los financiadores quieren vender temprano una pequeña cantidad, o crecen lentamente y nunca vender (es decir, convertirse en el llamado estilo de vida de negocios), o incluso cerrar la empresa. Algunas veces nos decepcionamos cuando a una nueva empresa en la que teníamos grandes esperanzas no le va bien, pero esta decepción es en su mayoría del tipo normal que alguien siente cuando pasa eso.

[2] Sin señales visuales (por ejemplo, el horizonte) no puedes distinguir entre la gravedad y la aceleración. Lo que significa que si estás volando a través de las nubes no puedes decir cuál es la dinámica de la aeronave. Podrías sentir como si estuvieras volando recto y nivelado, y en realidad estás en una espiral descendente. La solución es hacer caso omiso a lo que tu cuerpo te está diciendo y escuchar sólo a tus instrumentos. Pero resulta muy difícil ignorar lo que tu cuerpo te está diciendo. Todo piloto sabe de este problema y sin embargo sigue siendo una de las principales causas de los accidentes.

[3] Aunque no todos los grandes éxitos siguen este patrón. La razón por la que Google parecía una mala idea, era que ya había un montón de motores de búsqueda y no parecía haber lugar para otro.

[4] El éxito de una nueva empresa en la recaudación de fondos es una función de dos cosas: lo que están vendiendo y lo buenos que son vendiéndolo. Y si bien podemos enseñar a las nuevas empresas mucho sobre cómo atraer a los inversores, incluso el tono más convincente no puede vender una idea que a los inversores no les gusta. Sinceramente me preocupaba que Airbnb, por ejemplo, no fuera capaz de recaudar dinero después del Día de Demostración. No pude convencer a Fred Wilson de financiarlos. Podrían haber no recaudado dinero en absoluto, sino fuera por la coincidencia de que Greg McAdoo, nuestro contacto en Sequoia, era uno de los pocos Inversionistas de Riesgo que entendían el negocio del alquiler de vacaciones, después de haber pasado gran parte de los últimos dos años investigando sobre él.

[5] Lo calculé una vez para la última tanda, antes de que un consorcio de inversores comenzaran a ofrecer inversiones automáticamente a cada nueva empresa que financiamos, verano de 2010. En su momento, fue del 94% (33 de 35 empresas que trataron de recaudar dinero lo lograron, y una no lo intentó porque ya era rentable). Es de suponer que es menor ahora debido a que la inversión, en los viejos tiempos era recaudar después del Día de Demostración o morir.

Gracias a Sam Altman, Paul Buchheit, Patrick Collison, Livingston Jessica, Geoff Ralston, y Harj Taggar por leer los borradores de esto.

Monday, June 18, 2012

Definición de Propiedad

Mayo de 2012

Cuando era niño leí un libro de historias acerca de un juez famoso en el Japón del siglo XVIII, llamado Ooka Tadasuke. Uno de los casos que atendió fue presentado por el propietario de un restaurante. Un estudiante pobre que solo podía comprar arroz estaba comiéndolo mientras disfrutaba de un delicioso olor procedente del restaurante. El propietario quería que el estudiante pagara por los olores que estaba disfrutando. ¡El estudiante estaba robando sus olores!
Esta historia me viene a la mente cuando oigo a la RIAA y la MPAA acusar a la gente de robar música y películas.
Suena ridículo para nosotros tratar los olores como propiedad. Pero puedo imaginar escenarios en los que se podría cobrar por los olores. Imagina que estuviéramos viviendo en una base lunar, donde tenemos que comprar el aire por litro. Puedo imaginar proveedores de aire agregando olores por un precio adicional.
La razón por la que parece ridículo tratar los olores como propiedad es que no funcionaría. Sin embargo, sí lo haría si estuviéramos en una base lunar.
Lo que cuenta como propiedad depende de lo que funcione ser tratado como propiedad. Y eso no sólo puede ser cobrado, también cambiado. Los seres humanos siempre (para alguna definición de humanos y siempre) han tratado los objetos pequeños que lleva cada persona como de su propiedad. Sin embargo, los cazadores-recolectores no tratan la tierra, por ejemplo, como propiedad de la manera en que lo hacemos. [1]
La razón por la que mucha gente piensa que la propiedad tiene una definición única e inmutable, es porque su definición cambia muy lentamente. [2] Sin embargo, ahora estamos en medio de un cambio. Los sellos discográficos y los estudios cinematográficos acostumbraban distribuir lo que creaban, como si fuera aire enviado a través de tubos a una base lunar. Pero con la llegada de las redes, es como si nos hubiéramos mudado a un planeta con una atmósfera respirable. Ahora los datos se mueven como si fueran olores. Y a debido a combinación de idealismo y codicia a corto plazo, los sellos discográficos y los estudios se han puesto en la posición del dueño del restaurante, acusándonos a todos de robar sus olores.
(La razón por la que digo avaricia a corto plazo es porque el problema de fondo con los sellos discográficos y los estudios, es que las personas que los dirigen son impulsadas ​​por las bonificaciones en lugar de la equidad. Si ellos fueran motivados ​​por la equidad estarían buscando la manera de aprovechar el cambio tecnológico, en lugar de combatirlo. Pero construir nuevas cosas lleva demasiado tiempo. Sus primas dependen de los ingresos de este año, y la mejor manera de aumentarlos es extraer más dinero de las cosas que ya hacen.)
Así que ¿qué significa esto? ¿No debería la gente cobrar por el contenido? No hay una respuesta simple de un sí o un no a esta pregunta. La gente debería ser capaz de cobrar por el contenido cuando funciona cobrar por este.
Pero por "funcionar" me refiero a algo más sutil que "cuando pueden salirse con la suya." Me refiero a cuando la gente puede cobrar por el contenido sin deformar la sociedad con el fin de hacerlo. Después de todo, las compañías que venden olores en la base lunar podrían continuar vendiéndolos en la Tierra, si hacen cabildeo exitoso por leyes que exijan a todos a continuar respirando a través de tubos aquí en la Tierra también, a pesar de que ya no lo necesitamos.
Las medidas legales locas que los sellos discográficos y los estudios han estado tomando tienen mucho de ese sabor. Los periódicos y las revistas están acabados, pero por lo menos están en decadencia con elegancia. La RIAA y la MPAA nos harían respirar a través de los tubos si pudieran.
En última instancia todo se reduce al sentido común. Cuando abusando del sistema legal tratas de utilizar demandas masivas contra personas elegidas al azar como una forma de castigo ejemplar, o haciendo cabildeo por leyes que violan Internet si son aprobadas, es una evidencia ipso facto de que estás utilizando una definición de propiedad que no funciona.
Aquí es donde es útil contar con democracias que funcionen y varios países soberanos. Si el mundo tuviera un solo gobierno autocrático, los sellos discográficos y los estudios de leyes podrían comprar la definición de propiedad que quisieran. Pero afortunadamente, todavía hay algunos países que no son colonias de derechos de autor de los EE.UU., e incluso en los EE.UU., los políticos todavía parecen tener miedo de los votantes reales, en una cantidad suficiente. [3]
La gente que dirige los EE.UU. puede no gustarle cuando los votantes u otros países se niegan a plegarse a su voluntad, pero en última instancia, es nuestro interés el que no haya un único punto para atacar a las personas que tratan de torcer la ley para servir a sus propios intereses. La propiedad privada es una idea extremadamente útil –sin duda uno de los mayores inventos. Hasta ahora, cada nueva definición de esta nos ha traído una mayor riqueza material. [4] Parece razonable suponer que la más reciente también lo hará. Sería un desastre si todos tuviéramos que seguir manteniendo una versión obsoleta sólo por unos pocos poderosos eran demasiado perezosos para actualizarse.

Notas
[1] Si desea aprender más acerca de cazadores-recolectores recomiendo el libro de Elizabeth Marshall The Harmless People and The Old Way (Thomas Las Personas Inofensivas Y La Manera Antigua).
[2] El cambio en la definición de propiedad está impulsado principalmente por el progreso tecnológico, sin embargo, y dado que los avances tecnológicos se están acelerando, presumiblemente también lo hará el ritmo de cambio en la definición de la propiedad. Lo que significa que es aún más importante para las sociedades a ser capaces de responder adecuadamente a esos cambios, porque vendrán a un ritmo cada vez mayor.
[3] Hasta donde yo sé, el término "colonia de los derechos de autor" fue utilizado por primera vez por Javier Peterson.
[4] El estado de la tecnología no es simplemente una función de la definición de la propiedad. Cada uno limita al otro. Pero siendo así, no puedes meterte con la definición de propiedad sin afectar (y probablemente perjudicando) el estado de la tecnología. La historia de la URSS ofrece un claro ejemplo de ello.
Gracias a Sam Altman y Geoff Ralston por leer los borradores de este artículo.

Friday, June 15, 2012

¿Por qué los centros de emprendimiento funcionan?

Octubre de 2011
Si observas una lista de ciudades de Estados Unidos ordenadas por población, el número de nuevas empresas exitosas per cápita varía en órdenes de magnitud. Es como si de alguna manera la mayoría de los lugares fueran rociados con mata-nuevas-empresas.
Me pregunté sobre esto por años. Veía la ciudad promedio como si fuera un motel de cucarachas para las nuevas empresas ambiciosas: personas inteligentes y ambiciosas entraban, pero no salían nuevas empresas. Pero nunca fui capaz de averiguar exactamente qué sucedía en el interior del motel –exactamente qué estaba matando todas las posibles nuevas empresas. [1]
Hace unas semanas finalmente lo descubrí. Estaba haciendo la pregunta equivocada. El problema no es que la mayoría de las ciudades matan las nuevas empresas. Es que la "muerte" es lo normal en las nuevas empresas, y la mayoría de las ciudades no las rescata. En lugar de pensar que la mayoría de lugares fueron fumigados con mata-nuevas-empresas, es más acertado pensar que todas las nuevas empresas han sido envenenadas, y unos pocos lugares son rociados con el antídoto.
Las nuevas empresas en otros lugares están haciendo lo que normalmente hacen: fracasar. La verdadera pregunta es, ¿qué está salvando las nuevas empresas en lugares como Silicon Valley? [2]

Ambiente
Creo que hay dos componentes para el antídoto: estar en un lugar donde hacer nuevas empresas es algo interesante, y las probabilidades de encontrarte con personas que pueden ayudarte. Y lo que impulsa a ambos es el número de personas con nuevas empresas a tu alrededor.
El primer componente es particularmente útil en la primera etapa de vida de las nuevas empresas, cuando se pasa del mero interés en iniciar una empresa a hacerlo realmente. Es un gran salto iniciar una nueva empresa. Hacerlo es algo inusual. Pero en Silicon Valley parece algo normal. [3]
En la mayoría de lugares, si empiezas una nueva empresa, la gente te mira como si estuvieras desempleado. La gente en el Valle no se impresiona automáticamente contigo solo porque estás comenzando una empresa, sino que prestan atención. Cualquiera que haya estado aquí cualquier cantidad de tiempo sabe no caer en el escepticismo, sin importar cuán inexperto parezcas o qué tan poco prometedora suena tu idea al principio; porque todos han visto fundadores inexpertos con ideas que sonaban poco prometedoras, quienes unos años más tarde se convirtieron en multimillonarios.
Tener gente alrededor a la que le importa lo que estás haciendo es una fuerza extraordinariamente poderosa. Incluso las personas más voluntariosas son susceptibles a ella. Aproximadamente un año después de empezar Y Combinator le dije algo a un socio de una conocida firma de Capital de Riesgo que le dio la impresión (errónea), de que estaba considerando la posibilidad de iniciar otra nueva empresa. Él respondió con tanto entusiasmo que por medio segundo me vi pensando en hacerlo.
En la mayoría de las otras ciudades, la posibilidad de iniciar una nueva empresa no parece real. En el Valle no sólo es real, sino que está de moda. Esta ausencia de duda provoca que una gran cantidad de personas para inicien nuevas empresas que no deberían. Pero creo que eso está bien. Pocas personas se adaptan a crear una nueva empresa, y es muy difícil predecir de antemano cuáles son (lo que sé muy bien debido a estar en el negocio de tratar de predecir de antemano), así que el que haya muchas personas iniciando nuevas empresas que no deberían, probablemente es el estado de cosas óptimo. Mientras estés en el punto de tu vida donde puedes asumir el riesgo del fracaso, la mejor manera de averiguar si estás hecho para crear una nueva empresa es intentarlo.

Probabilidades
El segundo componente del antídoto son los encuentros casuales con personas que puedan ayudarte. Esta fuerza actúa en dos fases: tanto en la transición del deseo de iniciar una nueva empresa a hacerlo, y la transición de crear una nueva empresa a tener éxito. El poder de los encuentros casuales es más variable que la gente a tu alrededor teniendo cuidado de las nuevas empresas, que es como una especie de radiación de fondo que afecta a todos por igual, pero su fortaleza es mucho más fuerte.
Los encuentros casuales producen milagros para compensar los desastres que acontecen característicamente con las nuevas empresas. En el Valle, suceden cosas terribles todo el tiempo con las nuevas empresas, al igual que sucede en todas partes. La razón por la cual es más propenso a que sucedan en este punto, es que grandes cosas también les suceden a ellas. En el Valle, el relámpago tiene un poco de significado.
Por ejemplo, puedes iniciar un sitio para estudiantes universitarios y decides irse a vivir en el Valle durante el verano para trabajar en él. Y luego, en una calle suburbana cualquiera en Palo Alto sucede que conoces a Sean Parker, que comprende el tema muy bien porque él mismo empezó una nueva empresa parecida, y también conoce a todos los inversores. Y además ha avanzado puntos de vista, para el año 2004, sobre los fundadores manteniendo el control de sus empresas.
No puedes decir exactamente qué será el milagro, o incluso asegurar que uno sucederá. Lo mejor que uno puede decir es: si estás en un centro de nuevas empresas, probablemente cosas buenas e inesperadas te sucedan. Especialmente si las mereces.
Apuesto que esto es cierto incluso para las nuevas empresas que financiamos. A pesar de que trabajamos para hacer que las cosas les sucedan a propósito y no por accidente, la frecuencia de los encuentros casuales útiles en el Valle es tan alta, que todavía es algo significativo frente a lo que podemos ofrecer.
Los encuentros casuales juegan un papel igual que los juegos de rol en la relajación de tener ideas. La mayoría de la gente ha tenido la experiencia de trabajar duro en algún problema, no ser capaz de resolverlo, darse por vencido e irse a la cama, y ​​luego pensar en la respuesta mientras se ducha por la mañana. Lo que hace que la respuesta aparezca es dejar que tus pensamientos vaguen ligeramente -y por lo tanto la derivan fuera del camino equivocado que habías estado persiguiendo la noche anterior, y lo hacen por el correcto que estaba justo al lado.
Los encuentros casuales permiten que tu conocimiento derive de la misma manera que tomar una ducha deja que lo hagan tus pensamientos. Lo importante en ambos casos es que derivan en la cantidad justa. La reunión entre Larry Page y Sergey Brin es un buen ejemplo. Dejaron que su conocimiento derivara, pero sólo un poco; los dos estaban con otra persona con la cual tenían mucho en común.
Para Larry Page, el componente más importante del antídoto fue Sergey Brin, y viceversa. El antídoto es la gente. No es la infraestructura física de Silicon Valley lo que lo hace funcionar, o el clima, ni nada de eso. Esos ayudaron a ponerlo en marcha, pero ahora la reacción es la retro-alimentación l que impulsa a la gente.
Muchos observadores han notado que una de las cosas más características acerca de los centros emprendimiento, es el grado en que las personas se ayudan unas a otros, sin esperar recibir nada a cambio. No estoy seguro de por qué esto es así. Tal vez sea porque las nuevas empresas son menos que un juego de suma cero que la mayoría del resto de negocios; en raras ocasiones son arrasadas por los competidores. O tal vez es porque muchos fundadores de nuevas empresas tienen experiencia en las ciencias, donde se fomenta la colaboración.
Una gran parte de la función de Y Combinator es acelerar ese proceso. Somos una especie de Valle dentro del Valle, donde la densidad de personas que trabajan en nuevas empresas y su disposición a ayudarse mutuamente, son ampliadas artificialmente.

Números
Ambos componentes del antídoto –un entorno que fomenta las nuevas empresas, y encuentros casuales con personas que te ayudan– son impulsados ​​por la misma causa subyacente: el número de personas que inician nuevas empresas a tu alrededor. Para hacer un centro de emprendimiento, necesitas una gran cantidad de personas interesadas en nuevas empresas.
Hay tres razones. El primero, obviamente, es que si no tienes la densidad suficiente, los encuentros casuales no suceden [4] La segunda es que diferentes nuevas empresas necesitan cosas muy diferentes, por lo que necesitas una gran cantidad de gente para proporcionar a cada nueva empresa lo que más necesitan. Sean Parker fue exactamente lo que Facebook necesitaba en el año 2004. Otra nueva empresa podría haber necesitado un tipo para las bases de datos, o alguien con conexiones en el negocio del cine.
Por cierto, esta es una de las razones por las que financiamos un gran número de empresas. Cuanto más grande sea la comunidad, mayor será la posibilidad de que contenga la persona que tiene esa cosa que más necesitas.
La tercera razón por la se necesitan muchas personas para crear un centro de emprendimiento, es que una vez que haya suficientes personas interesadas en el mismo problema, comienzan a establecer las normas sociales. Y es algo particularmente valioso cuando el ambiente circundante te alienta a hacer algo que de otro modo parecería demasiado ambicioso. En la mayoría de los lugares la atmósfera te aleja hacia lo tradicional.
Llegué al área de la bahía hace unos días. Cada vez que vuelo sobre el Valle noto: de alguna manera puedes sentir que algo está pasando. Obviamente puedes sentir prosperidad por qué tan bien se conserva la apariencia de un sitio. Pero hay diferentes tipos de prosperidad. Silicon Valley no se ve como Boston, Nueva York, Los Ángeles o Washington. Traté de preguntarme a mí mismo qué palabra usaría para describir la sensación que el Valle irradia, y la palabra que me vino a la mente fue el optimismo.

Notas
[1] No estoy diciendo que sea imposible tener éxito en una ciudad con pocas empresas nuevas, sólo que es más duro. Si eres lo suficientemente bueno como para generar tu propia motivación, puedes sobrevivir sin estímulos externos. Wufoo estaba localizado en Tampa y tuvieron éxito. Sin embargo, la gente de Wufoo es excepcionalmente disciplinada.
[2] Por cierto, este fenómeno no se limita a las nuevas empresas. La mayoría de las ambiciones más extrañas fallan, a menos que la persona que las tenga se las arregle para encontrar el tipo adecuado de comunidad.
[3] Iniciar una empresa es común, pero crear una nueva empresa es poco frecuente. He hablado acerca de la distinción entre las dos en otro lugar, pero en esencia una nueva empresa es un nuevo negocio diseñado para la escala. La mayoría de los nuevos negocios son negocios de servicios y salvo en casos raros, estos no escalan.
[4] Mientras escribía esto, tuve una demostración de la densidad de población de emprendedores en el Valle. Jessica y yo íbamos en bicicleta hasta la Avenida Universidad en Palo Alto, para almorzar en el fabuloso Hummus Oren. A medida que entrábamos, nos encontramos con Charlie Cheever sentado cerca de la puerta. Selina Tobaccowala se detuvo a saludar mientras salía. Luego Josh Wilson entró para tomar la orden. Después del almuerzo nos fuimos a tomar yogurt congelado. En el camino nos encontramos con Rajat Suri. Cuando llegamos al lugar donde vendían el yogur, nos encontramos con David Shen, y cuando salimos nos encontramos con Yuri Sagalov. Caminamos con él una cuadra más o menos y nos encontramos con Muzzammil Zaveri, a continuación, una cuadra más adelante nos vimos con Aydin Senkut. Así es la vida diaria en Palo Alto. No estaba tratando de conocer gente, estaba almorzando. Y estoy seguro de que por cada creador de nuevas empresas o inversionista que me encontré, había cinco o más que no vi. Si Ron Conway hubiera estado con nosotros, él se habría encontrado con 30 personas que conocía.
Gracias a Sam Altman, Buchheit Pablo, Jessica Livingston, y Harj Taggar por leer los borradores de este texto.
Original source: http://www.paulgraham.com/hubs.html